Ya podéis descargaros en archivo PDF los números 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 de la revista CABIRIA, cuadernos turolenses de cine, que editamos el CINE MARAVILLAS y el AYUNTAMIENTO DE TERUEL, con caracter anual.
Solo tienes que pinchar en las portadas de la revista que tenéis a la derecha del Blog: http://cine-maravillas.blogspot.com
Todas las películas
BIENVENIDA
Como en temporadas anteriores, la Sala Maravillas y la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Teruel organizamos un ciclo de películas de especial calidad que se proyectarán los miercoles y jueves desde el 23 de febrero al 14 de abril.
Este ciclo consta de las siguientes películas:
23 y 24 de febrero: De dioses y hombres (YA PROYECTADA)
2 y 3 de marzo: Miel (YA PROYECTADA)
9 y 10 de marzo: Leche (YA PROYECTADA)
16 y 17 de marzo: Huevos
30 y 31 de marzo: Pan negro
6 y 7 de abril: Winter's bone
13 y 14 de abril: La llave de Sarah
Esperamos que la programación sea de vuestro agrado.
Os esperamos
Cine Maravillas
Este ciclo consta de las siguientes películas:
23 y 24 de febrero: De dioses y hombres (YA PROYECTADA)
2 y 3 de marzo: Miel (YA PROYECTADA)
9 y 10 de marzo: Leche (YA PROYECTADA)
16 y 17 de marzo: Huevos
30 y 31 de marzo: Pan negro
6 y 7 de abril: Winter's bone
13 y 14 de abril: La llave de Sarah
Esperamos que la programación sea de vuestro agrado.
Os esperamos
Cine Maravillas
23 y 24 de febrero (Ya proyectada)
De dioses y hombres
Des hommes et des dieuxNacionalidad: Francia
Año de producción: 2010
Compañias de producción: Why Not Productions, Armada Films, France 3 Cinéma
Productores: Martine Cassinelli y Frantz Richard
Director: Xavier Beauvois
Guión: Etienne Comar
Fotografía: Caroline Champetier
Montaje: Marie-Julie Maille
Duración: 120'
Distribuidora: Golem Distribución
Intérpretes: Lambert Wilson, Michael Lonsdale, Olivier Rabourdin, Philippe Laudenbach, Jacques Herlin, Loïc Pichon, Xavier Maly
Género: Drama
Página web: www.golem.es/dediosesyhombres
Pases: 18:00-20:30-23:00
Sinopsis:
El filme está basado en la historia real. En un monasterio en las montañas del Magreb, en los años noventa, ocho monjes cistercienses viven en perfecta armonía con la población musulmana. Sin embargo, un grupo de fundamentalistas islámicos asesina a un equipo de trabajadores extranjeros y el pánico se apodera de la región. El ejército ofrece protección a los monjes, pero éstos la rechazan. A pesar de la creciente amenaza, empiezan a darse cuenta de que no tienen elección y que deben quedarse, pase lo que pase. PREÁMBULO
El secuestro y asesinato de los siete monjes franceses del Tibhirine en 1996 marcó el apogeo de la violencia y de las atrocidades que azotaban Argelia como resultado del enfrentamiento entre el gobierno y grupos extremistas decididos a derrocarlo.
La desaparición de los monjes, atrapados entre ambos bandos, afectó profundamente a unos gobiernos, a la comunidad religiosa y a la opinión pública internacional.
La identidad de los asesinos y las circunstancias exactas de su muerte siguen siendo un misterio.
El caso está en los tribunales franceses desde 2003. Algunos documentos recientemente desclasificados quizá ayuden a despejar el misterio en los meses venideros.
ACERCA DE LA PELÍCULA
DE DIOSES Y HOMBRES, de Xavier Beauvois, se basa a grandes rasgos en la tragedia de Tibhirine. Explora los últimos meses de la vida en una pequeña comunidad de monjes cristianos asentados en “tierra musulmana”. La película intenta capturar el espíritu de los acontecimientos y de la comunidad, pero no se esfuerza en recrear con exactitud los detalles de una realidad histórica.
La historia empieza varias semanas antes de que los guerrilleros den un ultimátum ordenando a todos los extranjeros que salgan del país.
Un grupo armado entra a la fuerza en el monasterio en Nochebuena.
A partir de ese momento, el dilema de los monjes es claro: ¿Deben quedarse o irse? Pero la decisión se tomará colectivamente. Para ellos,la elección, sea cual sea, tendrá consecuencias irreversibles. Cuando
rechazan la protección del ejército, el gobierno argelino les pide que regresen a Francia.
Cada monje deberá decidir de acuerdo con lo que está en juego a nivel humano, político y religioso, además de profundizar en su alma y conciencia. La tensión dramática acompaña la vida diaria, tanto práctica como mística, de la comunidad: sus fuertes ataduras con los habitantes del pueblo vecino, así como el espíritu de paz y caridad que intentan oponer a la violencia que corroe el país.
DE DIOSES Y HOMBRES describe la realidad de la entrega de los monjes, el mensaje de paz que desean compartir al quedarse con sus hermanos musulmanes, y la posibilidad de un terreno fraternal y espiritual compartido entre la cristiandad y el islam.
Los monjes llamaban al ejército “los hermanos de la llanura” y a los guerrilleros, “los hermanos de la montaña”. No tenían nada de ingenuos, eran conscientes de que pisaban una delgada línea entre dos bandos y que su posición era muy ambigua.
La película de Xavier Beauvois adopta el punto de vista de los monjes y el ritmo de la vida en un monasterio cisterciense.
Premios:
Gran premio del jurado Cannes 2010
Crítica
“De dioses y hombres” es una película respetuosa y conciliadora, llena de matices y de hondura antropológica, penetrante hasta los entresijos más profundos que puedan explicar la decisión de unos hombres sin vocación de mártires.
Pocas veces podemos hablar de una obra maestra del cine. En este caso, el francés Xavier Beauvois nos regala una con la película “De dioses y hombres”, que representará a su país en los Oscar®. En ella recoge los meses previos al secuestro y asesinato de siete monjes cistercienses a manos de los integristas islámicos, triste suceso acontecido en Tibhirine (Argelia) en 1996. Estos hombres llevaban años ayudando a todos con su presencia, favores y atenciones sin tener en cuenta ideas, condición o religión. Los musulmanes de la zona les quieren y les consideran como amigos, y ellos tratan de fomentar lo que les une e intentan participar en sus fiestas, problemas y cultura. Cuando sientan las presiones de los terroristas y del propio ejército argelino para regresar a Francia, su fe parecerá resquebrajarse y las dudas asaltarán a más de uno. Porque no han ido a ese país para un suicidio colectivo, pero aquella es su vida.
La mirada de Beauvois es tremendamente respetuosa y conciliadora, llena de matices y de hondura antropológica, penetrante hasta los entresijos más profundos que puedan explicar la decisión de unos hombres sin vocación de mártires. El director participa de la humanidad y tolerancia de estas personas ejemplares y modelos de convivencia, y nos muestra una vida de oración que les da la fe y confianza en Dios en tan crítica situación. Beauvois cala en la esencia espiritual de los personajes y huye de los arquetipos: le interesa remarcar que la religión sabiamente entendida y vivida no conduce a la violencia, sino a lo contrario, y evita los juicios globales peyorativos sobre los musulmanes, tan frecuentes a causa de las acciones de algunos desalmados extremistas.
Perfecta construcción de personajes, algunos de los cuales atraviesan su “noche oscura del alma”, con sus debilidades e inquietudes, mientras otros hacen gala de un aplastante sentido común o de unas convicciones firmes y sobrenaturales. Son “hombres” a los que Beauvois admira tanto como los vecinos que acuden a ellos por una consulta médica o sentimental —una mujer dice poéticamente que son las ramas en las que pueden apoyarse, como hacen los pájaros—, pero también son “dioses” que miran a lo alto y rezan para tratar de entender las cosas que suceden en un mundo que se está volviendo loco. Emotiva y paradigmática es la escena en el refectorio, cuando brindan con vino mientras escuchan El lago de los cisnes, de Chaikovski: entonces, los placeres del gusto se confunden con notas llenas de belleza y espiritualidad… y la cámara recoge primeros planos de cada fraile, con miradas de profundo gozo que no esconden un sabor a despedida, porque todos son conscientes de que puede ser la última ocasión de estar juntos. Son instantes muy intensos y conmovedores, en una verdadera explosión de emociones hasta entonces contenidas por el director.
Pero el mérito de Beauvois no reside únicamente en plasmar unos hechos históricos con honradez y veracidad, sino en un equilibrado guión que no tiene prisa y se entretiene en recoger los cantos litúrgicos de los monjes, y pequeños detalles como esa receta médica escrita para un analfabeto o esa secuencia en que el prior va a la habitación del enfermo dormido para apagar la luz y quitarle delicadamente las gafas. Todo permite entender lo que sucede en el interior de unos hombres que viven de su fe, pero que ven cómo las armas entran en el monasterio y les amenazan. Son los claroscuros del alma humana, magníficamente recogidos por la fotografía de Caroline Champetier, que cierra la cinta con un elocuente y magistral plano de niebla entre la que se pierden las figuras de los monjes.
Si extraordinario es el guión, no menos lo son las interpretaciones de unos actores que asumen con profundidad y convicción esos comportamientos como si fueran auténticos monjes. Todos merecen nuestro reconocimiento, aunque el trabajo de Michael Lonsdale como médico es excepcional, lo mismo que el de Lambert Wilson en su papel de prior o el de Jacques Herlin como el anciano y entrañable Amédée. No se trata de una película de suspense, ni una de acción violenta o de sentimientos adolescentes que vaya a arrasar en la cartelera. Pero sí un magistral trabajo intimista y de aire documental, con unos hombres libres que tuvieron que pasar la última prueba y perder el miedo a la muerte, que fueron víctimas de la violencia y fanatismo de algunos, y que generaron un clima de paz que antes habían alimentado en su alma.
Trailer
2 y 3 de marzo (Ya proyectada)
Miel
Bal
Nacionalidad: Turquía-Alemania
Año de producción: 2010
Director: Semih Kaplanoglu
Guión: Semih Kaplanoglu y Orçun Köksal
Fotografía: Baris Ozbiçer
Montaje: Ayhan Ergürsel, Semih Kaplanoglu y S. Hande Güneri
Duración: 103'
Distribuidora: Golem
Intérpretes: Bora Altas, Erdal Besikçioglu, Tülin Ozen
Género: Drama
Sinopsis:
Yusuf es hijo único y vive con sus padres en una aislada zona montañosa. Su padre, Yakup, al ver que peligra el sustento de su familia por la paulatina desaparición de sus abejas, no tiene más remedio que colgar sus colmenas en una zona peligrosa del bosque. Un día, Yakup no regresa, y el pequeño Yusuf se da cuenta de que su madre se entristece más con cada día que pasa, así que hace acopio de valor y se adentra en el bosque en busca de su progenitor, avanzando hacia lo desconocido.
Página web: www.golem.es/mielPASES: 18:30-20:30-22:30
COMENTARIOS DE SEMIH KAPLANOGLU, GUIONISTA Y REALIZADOR
La trilogía de Yusuf
MIEL es la tercera película de la trilogía de Yusuf. Esta trilogía empezó a tomar forma cuando revisaba un guión que había escrito hacía tiempo y que contaba a grandes rasgos la historia de Yusuf hacia el fin de su adolescencia, tal como aparece en Süt/Leche. Mientras trabajaba en el personaje de Yusuf, empecé a pensar en el futuro del joven (Yumurta/Huevo) y en su pasado (Bal/Miel). Así nació la trilogía. Empecé con Yumurta/Huevo quizá porque quería desnudar lentamente al personaje hasta llegar al núcleo. La trilogía puede verse como un largo flashback, pero en ningún momento son películas de época. Todas transcurren en el momento actual y en diferentes lugares; las relaciones y niveles económicos difieren.
Me han preguntado si los tres Yusuf son el mismo. Prefiero no contestar para no revelar sus secretos, la relación directa e indirecta entre las películas, y sus misterios.
Mis experiencias personales
Me basé en mis experiencias para dar forma al personaje de Yusuf. Puede decirse que Yusuf lleva parte de mí en su interior. Hay referencias a mi infancia en los tres guiones y me parece que he sido capaz de plasmar con realismo los problemas y la búsqueda de Yusuf. Mi infancia está muy presente en MIEL. Los problemas en la escuela cuando intentaba aprender a leer y a escribir, las preguntas que hacía y que nadie contestaba, la intensa crueldad y riqueza de la naturaleza. En muchos aspectos, el niño da forma a su personalidad mientras descubre el mundo con curiosidad. Puede que un malentendido le lleve a cometer un error ingenuo.
Un lugar poco corriente
Para Yusuf y su padre Yakup, el bosque es un lugar mágico lleno de misterios. Entran y salen de este mundo encantado. Es mucho más que el sitio donde van a buscar su sustento. Es otro mundo poblado de viejos e inmensos árboles, criaturas misteriosas como la mula y el gavilán que les acompañan. No fue fácil encontrar una localización con enormes árboles de grandes troncos. Me esforcé en encontrar el sitio adecuado para colocar las colmenas y que estuviera a la altura de las imágenes que quería plasmar en MIEL. Rodamos en varios bosques donde se han colgado colmenas durante siglos. Había unos 30 ó 40 km entre ellos; estaban a diferentes alturas sobre el nivel del mar y ninguno tenía las mismas especies de árboles.
Yakup el colmenero
Yakup, el padre de Yusuf, es un colmenero que recoge la miel de la abeja negra, considerada la mejor miel del mundo y propia de la región. Esta miel terapéutica representa un mundo antiguo, una naturaleza virgen y un conocimiento sagrado para los habitantes de la región. Cada vez son menos los colmeneros que la recogen, y la profesión de Yakup está abocada a desaparecer. Es un trabajo duro y peligroso. Hay que colocar colmenas especiales en la copa de los árboles en zonas montañosas. La admiración que siente Yusuf por su padre se debe en parte a su sorprendente profesión. En mi opinión, tiene mucho que ver con su futura vocación, la poesía.
La ausencia del padre
No puede decirse que la trilogía de Yusuf carezca de figura paterna, sobre todo después de ver el poderoso lazo que une al padre y al hijo en MIEL. Pero se trataba de mostrar cómo vive Yusuf la ausencia posterior del padre, cómo compensa la ausencia. Visto desde la psicología, la temprana pérdida del padre explicaría la relación autoritaria con su madre en Süt/Leche. Puede que explique su fragilidad, introversión y falta de decisión en Yumurta/Huevo. Pero no me ocupo de psicología en mis historias. Intento reflejar, retratar una situación a un nivel más espiritual. En vez de diseccionar la existencia en el laboratorio psicológico y confinar la vida a relaciones causa-efecto, intento mostrar algo más grande. Filmar cerca de la costa del mar Negro
Rodamos MIEL en el pueblecito de Çamlihemsin y alrededores. Se encuentra en la provincia de Rize, cerca del mar Negro, en el noreste de Turquía. Escogí esta región por la naturaleza. Solo allí encontré los bosques que buscaba, pero las condiciones geográficas no nos facilitaron el rodaje, sobre todo cuando debíamos trabajar en los bosques. Solo podíamos llegar hasta un cierto punto en coche y el resto del camino se realizaba a pie, cargando con todo el equipo durante un buen trecho. Rodamos en lugares escarpados donde apenas podíamos mantener el equilibrio. Y el tiempo en la costa del mar Negro es impredecible. En una hora puede hacer sol, llover y levantarse la niebla, lo que planteaba un grave problema para la continuidad. Ahora, mirando mi diario, veo que llovió 39 días de los 48 que estuvimos allí.
La infancia de la humanidad
Si definiésemos los tiempos modernos como la mayoría de edad de la humanidad, diría que las localizaciones de MIEL siguen estando en la infancia de la humanidad. Rodamos en aldeas de montaña que pronto estarán abandonadas. Aún intentan vivir de acuerdo con las tradiciones y con las condiciones y reglas establecidas por la naturaleza. Sin embargo, los recursos hidráulicos naturales son destruidos para construir enormes presas, lo que es muy preocupante.
El tartamudeo de Yusuf
Yusuf acaba de ingresar en la escuela y aprende a leer y a escribir. Cuando está solo con su padre, es capaz de leer lentamente sin equivocarse. Pero en clase, se pone nervioso y empieza a tartamudear. Sus compañeros se ríen de él y se refugia en el silencio y la soledad. Del mismo modo que para el Yusuf de Süt/Leche, que acaba de graduarse en el instituto y es declarado no apto para el servicio militar, no poder leer en voz alta delante de sus compañeros es un punto de inflexión para el joven Yusuf. Todos se mofan y Yusuf se encierra en sí mismo, desarrollando una fuerte unión con las palabras y la poesía.
La búsqueda del joven Yusuf
Buscamos al joven Yusuf en diferentes ciudades y pueblos durante meses. Fuimos a un sinfín de escuelas primarias, pero ninguno de los cientos de niños que entrevistamos me convencía para encarnar a Yusuf de niño. Al cabo de dos meses, decidí cambiar de región. Era una decisión arriesgada porque tiraba por la borda todo el trabajo realizado por el equipo de reparto: ya habíamos escogido actores para muchos papeles secundarios. Nos trasladamos a unos cien kilómetros de donde estábamos. Era una región casi deshabitada, con muy pocos niños, por la falta de trabajo y la emigración. Un día, cuando regresaba de buscar una localización, me encontré con Bora Altas montado en su bicicleta. Bajé del coche y me presenté. Sentí inmediatamente que había encontrado al niño que buscaba, un niño inteligente, sensible, que vivía en su propio mundo.
La transformación de Bora en Yusuf
Durante el rodaje de MIEL, Bora Altas tenía siete años. Bora se parece poco a Yusuf, es muy sociable, y debería interpretar. No fue fácil transformarle en Yusuf. Nos esforzamos y tuvimos mucha paciencia. Le expliqué cómo era Yusuf escena a escena y desarrollamos un vínculo basado en la confianza. Trabajé con él como con un adulto. Bora tuvo el valor de entregarse, pero siempre tuve cuidado de no abusar de su confianza y admiración. Es una experiencia que me ha enseñado mucho. Al no tener hijos, carezco de experiencia con niños. Pero nunca olvidaré el entusiasmo y el esfuerzo de Bora, ni de los otros niños.
Realismo espiritual
He aprendido muchas cosas en los cuatro años que me ha llevado realizar la trilogía de Yusuf. Me ha ayudado a dar forma a mi estilo como realizador, al que llamo, de momento, “realismo espiritual”.
Durante este periodo, no solo me he preocupado por los elementos cinematográficos, como la imagen, los actores, el sonido, las localizaciones, sino también por los técnicos, la financiación. He aprendido mucho. Realizar una película es como descubrir, incluso definirse a sí mismo a través del espejo que representa. No solo para el director, sino para todo el equipo. Por ejemplo, mi madre tuvo un pequeño papel en Yumurta/Huevo y en Süt/Leche, y cuando vio la casa en la primera, me dijo que se parecía mucho a la casa donde yo había crecido. Empezó a contarme numerosos detalles, historias de familia que desconocía y que usé posteriormente en las otras dos películas.
Premios
OSO DE ORO Berlín 2010
Crítica
“MIEL” ES UNA PELÍCULA POÉTICA QUE BUSCA LA BELLEZA DE LO COTIDIANO Y LO NATURAL EN CADA PLANO, CON LA MIRADA MILAGROSA DEL NIÑO BORA ALTAS Y UNA CIERTA MOROSIDAD NARRATIVA. UN CINE CUYA ESENCIA MORA EN LAS EMOCIONES.Dictan las sinergias de la distribución que sea el cine turco una incógnita más allá de los nombres propios que se abren paso entre certámenes y premios, aislados ejemplos entre los que se encuentran Nuri Bilge Ceylan o, ahora, el por estos lares desconocido Semih Kaplanoglu. Lejos de la importante tradición comercial de la cinematografía otomana, son las suyas películas que pertenecen a un cine habitualmente bendecido en festivales, que tanto puede indagar en la crueldad emocional (“Los climas”, de Ceylan) como en el misterio del desamparo de esta “Miel”, pero cine que en cualquier caso mora en esencia en las emociones.
“Miel”, de Semih Kaplanoglu, no sólo experimenta esa descontextualización primera marcada por su origen, sino que nos llega en una extraña dislocación conceptual alterada por los designios de la cartelera. Es esta la tercera entrega de la proclamada “Trilogía de Yusuf”, que narra la infancia de su protagonista Yusuf después de que el director hubiera imaginado su juventud (“Huevo”) y el final de su adolescencia (“Leche”). Es decir, como una trilogía al revés que escruta el alma de un poeta con buscada poesía visual. En su escritura, este episodio que ocupa el niño Yusuf invoca a Víctor Erice y a Satyajit Ray, cineastas empeñados en la búsqueda milagrosa de los interiores de sus infantes protagonistas y que hallarían en Bora Altas la misma inocencia angustiada, la mirada enigmática de Ana Torrent y Subir Bannerjee.
En uno de los momentos más significativos —y bellos— en su metraje, un largo plano fijo encuadra la habitación en la que duermen Yusuf y su padre Yakup (Erdal Besikςioğlu). El niño se levanta y su progenitor le pide que lea en voz alta el día en el calendario, mientras él sale por el marco de la puerta y se sienta en el exterior. Cuando Yusuf termina, Yakup le llama y le sienta sobre sus rodillas, y el niño le cuenta al oído el sueño que ha tenido. El plano descrito habla como prodigio visual que permite la convivencia de lo cotidiano y lo bucólico, lo rutinario y lo hermoso, la sombra y la luz; pero también habla de la intromisión de los sueños en una realidad frágil y desnuda, una constante que Kaplanoglu introduce con sensibilidad FELLINIANA —la discreta, delicada alternancia entre lo onírico y lo presuntamente real— y cierta morosidad narrativa, quizá morosa porque la altura de sus imágenes no siempre se corresponde igual con la de la fascinación que las impregna.
Trailer
9 y 10 de marzo (Ya proyectada)
La trilogía de Yusuf
Leche
Süt
Nacionalidad: Turquía-Alemania-Francia
Año de producción: 2008
Director: Semih Kaplanoglu
Guión: Semih Kaplanoglu y Orçun Köksal
Fotografía: Ozgür Eken
Montaje: François Quiqueré
Duración: 102'
Distribuidora: Golem
Intérpretes: Melih Selçuk, Basak Köklükaya, Saadet Isil Aksoy, Tülin Ozen, Alev Uçarer, Serif Erol, Tansu Biçer
Género: Drama
Sinopsis:
Yusuf acaba de graduarse en el instituto en una pequeña ciudad de provincias. Ha empezado a publicar algunos poemas en revistas literarias mientras trabaja en la lechería de su madre viuda, que mantiene una discreta relación amorosa con el jefe de estación de la ciudad. El hecho de que su madre tenga un amante y de que le hayan declarado no apto para hacer el servicio militar, debido a una enfermedad que padeció de niño, hacen que Yusuf tenga ganas de dar el salto a la vida adulta.
Página web: http://leche-huevo.blogspot.com/
PASES: 18:30-20:30-22:30
El director Semih Kaplanoglu |
Segunda entrega de la "trilogía de Yusuf", centrada en mostrar los cambios sociales y económicos de las provinencias de Anatolia.
COMENTARIOS DE SEMIH KAPLANOGLU
Anatolia
Rodé Yumurta/Huevo y SÜT/LECHE, las dos primeras partes de lo que llamo la trilogía “Yusuf”, en las tierras interiores de la costa del Egeo. Es una región donde crecen sobre todo olivos, higueras y viñas. Ambas películas transcurren principalmente en la pequeña ciudad de Tire, una comunidad rural que refleja a la perfección las características históricas, culturales y artesanales de la región, actualmente en pleno proceso de modernización. Mi padre nació allí. Aún existe la casa donde creció. Todavía hoy, esta pequeña ciudad está salpicada por numerosas señales del pasado. Por una parte están las pequeñas tiendas artesanales y tradicionales, y por otra, las fábricas y las minas que han empezado a invadir las fértiles tierras de labranza. Hasta hace 30 ó 40 años vivía una importante comunidad “roum” (griegos de Anatolia) y otra judía en la ciudad, considerada un importante centro del sufismo con numerosas escuelas religiosas. En esta región lo moderno y lo tradicional coexisten.
Los cambios en las zonas rurales
Las zonas rurales de Turquía, sobre todo en el centro de Anatolia, han experimentado enormes cambios sociales, económicos y culturales durante los últimos años. Ha surgido un nuevo modo de vida en estas pequeñas ciudades o grandes pueblos acostumbrados a depender únicamente de la agricultura y del ganado, debido a la instalación de fábricas, construcciones de presas y apertura de minas en la región. Las nuevas posibilidades de trabajo y la dinámica que implica un importante movimiento migratorio han afectado a las estructuras familiares, hasta ahora una fortaleza inexpugnable de la tradición.
El choque entre la tradición y la modernidad
Implanté esos cambios en el corazón del joven poeta Yusuf y en el corazón de su madre, Zehra, una mujer que ansía otro modo de vida. El conflicto del que es presa el joven Yusuf, debido al choque entre lo tradicional y lo moderno, es compartido por innumerables jóvenes en Turquía. Las nuevas costumbres no solo han llevado cambios económicos a la zona, sino también a la forma de vida tradicional. Mientras unos ven el cambio de la agricultura a la industria como un rayo de esperanza, un vehículo enviado por el cielo hacia un “brillante futuro”, otros creen que estos importantes cambios solo han traído el caos y los conflictos.
Las relaciones entre madre e hijo
Quería retratar el doloroso cambio que padecen las relaciones entre madre e hijo en la Turquía actual. La relación entre madre e hijo puede ser difícil y sorprendente, con momentos felices y momentos tristes. Yo también me he visto envuelto en estas contradicciones inextricables. Estas oleadas cambiantes no solo lanzan nuestras identidades contra muros, también son los trampolines desde los que podemos escribir historias acerca de los cambios que se generan. La relación entre madre e hijo en la cultura de Anatolia es muy diferente y mucho más profunda que en otras culturas. En nuestra cultura, la figura de la madre simboliza conceptos como tierra, nación; tiene un valor sagrado. El significado profundo de la palabra madre se basa en el honor familiar, la moralidad, las costumbres y las tradiciones.
Leche
Durante toda su vida, un hijo depende de su madre para obtener “leche”. No importa la edad que tenga, siempre puede pedir y recibir ayuda del pecho de su madre (figurativamente hablando). Siempre tendrá un trato preferencial, siempre tendrá protección. Perder la leche materna es uno de los precios que impone la vida moderna. Como es natural, los cambios sociales llevan a la madre a descubrir que es mujer. Con la madurez del hijo, los intereses de esa nueva mujer toman otra dirección, y cuando eso ocurre, ¿puede el hijo mantenerse de pie solo? A mi entender, la relación tradicional turca entre madre e hijo es una de las razones por las que a la juventud de este país le cuesta tanto trabajo realizar la transición mental entre la niñez y la edad adulta.
A través de los ojos y del corazón de un poeta
Cuando era joven, escribía poemas. La gran mayoría no los leyó nadie y algunos se publicaron en revistas literarias. Para mí, la poesía siempre ha sido instintiva, una unidad de medición interna. Quizá por eso, el personaje de Yusuf es poeta. Otra razón es mi deseo de describir la temporalidad rural y la pérdida de la figura de la madre a través de los ojos y el corazón de un poeta.
Armonía entre los elementos
Los personajes, los rostros, los lugares, las estaciones, la luz, los movimientos de la cámara y el guión deben funcionar como un todo, deben crear una unidad, fundirse los unos en los otros para dar a luz un sentimiento a partir de dicha fusión. La armonía entre los elementos es esencial. Solo entonces, la imagen es capaz de contener lo invisible. Yusuf es un joven que no puede decidirse entre la naturaleza y la vida moderna. Todo parece alejarle del estilo de vida tradicional al que está acostumbrado, de la tierra, pero realiza un viaje que le permite explorar su naturaleza interior. Lo que le apartará de la violencia y del crimen también es un don de la naturaleza. Lo que convierte a una imagen en algo más que una simple fotografía o paisaje es la existencia presentida de lo invisible. Y eso es lo que humildemente intento capturar en mis películas.
Creo que la materia prima del cine es el tiempo. Nuestra visión del tiempo nos define. Creo que la vida de los seres humanos no está ligada únicamente a este mundo. Hay un antes y un después. Los factores que determinan nuestro presente están firmemente relacionados con el pasado y el futuro. Las respuestas a nuestras preguntas existenciales no pueden estar limitadas al mundo físico que percibimos. No solo vemos el mundo con los ojos, sino con los sueños. Creo que la fe o su ausencia tiene mucho que ver con las decisiones de mis personajes. Quiero que exploren, descubran y muestren la belleza de la vida que se nos ha insuflado y que hemos traído a este mundo al nacer. Existe un punto en común, una fuente única que comparten todas las culturas, las tradiciones, los sueños y las creencias.
CRITICA
Por Nuria Vidal
Segunda parte de la Trilogía de Yusuf del turco Semih Kaplanoglu, 'Leche' es de las tres películas la mas difícil de ver. Mucho mas artificiosa que Huevo y bastante menos poética que 'Miel', 'Leche' se queda en el territorio áspero de la adolescencia, cuando Yusuf deja atrás su infancia al acabar el instituto y se enfrenta a la vida adulta sin tener aun instrumentos para entenderla. Yusuf tiene aquí 19 años, escribe poemas que poca gente quiere leer, ayuda a su madre viuda en el negocio de la leche y sueña con irse lejos. Rechazado para el servicio militar, alejado de su madre entretenida con un amante, y sin saber muy bien que hacer, Yusuf se mueve entre la contemplación del cielo en el campo y el duro trabajo en una fábrica que contamina, ensombrece y sobre todo destruye la belleza de su paisaje. Sin la innata frescura de la primera y sin la belleza artificial pero eficaz de la tercera, Leche es un poco pesada de ver. Sus silencios se hacen eternos y su falta de ritmo acaba por cansar al espectador que sin quererlo desconecta de las andanzas de este poeta en ciernes. De todos modos, es cierto que la Trilogía gana viéndola seguida. Si como film aislado Leche no funciona, como engranaje entre el niño de 'Miel' y el adulto de 'Huevo' si tiene sentido. No habría pastel sin 'Leche'.
Segunda parte de la Trilogía de Yusuf del turco Semih Kaplanoglu, 'Leche' es de las tres películas la mas difícil de ver. Mucho mas artificiosa que Huevo y bastante menos poética que 'Miel', 'Leche' se queda en el territorio áspero de la adolescencia, cuando Yusuf deja atrás su infancia al acabar el instituto y se enfrenta a la vida adulta sin tener aun instrumentos para entenderla. Yusuf tiene aquí 19 años, escribe poemas que poca gente quiere leer, ayuda a su madre viuda en el negocio de la leche y sueña con irse lejos. Rechazado para el servicio militar, alejado de su madre entretenida con un amante, y sin saber muy bien que hacer, Yusuf se mueve entre la contemplación del cielo en el campo y el duro trabajo en una fábrica que contamina, ensombrece y sobre todo destruye la belleza de su paisaje. Sin la innata frescura de la primera y sin la belleza artificial pero eficaz de la tercera, Leche es un poco pesada de ver. Sus silencios se hacen eternos y su falta de ritmo acaba por cansar al espectador que sin quererlo desconecta de las andanzas de este poeta en ciernes. De todos modos, es cierto que la Trilogía gana viéndola seguida. Si como film aislado Leche no funciona, como engranaje entre el niño de 'Miel' y el adulto de 'Huevo' si tiene sentido. No habría pastel sin 'Leche'.
Trailer
16 y 17 de marzo
La trilogía de Yusuf
Huevo
Yumurta
Yumurta
Nacionalidad: Turquía-Grecia
Año de producción: 2007
Director: Semih Kaplanoglu
Guión: Semih Kaplanoglu y Orçun Köksal
Fotografía: Ozgür Eken
Montaje: Ayhan Ergürsel, Semih Kaplanoglu y S. Hande Güneri
Duración: 97'
Distribuidora: Golem
Intérpretes: Nejat Isler, Cengiz Bozkurt, Saadet Isil Aksoy, Gülçin Santircioglu, Ufuk Bayraktar, Semra Kaplanoglu
Género: Drama
Sinopsis:
Al morir su madre, y después de años de ausencia, el poeta Yusuf regresa a la ciudad donde creció. Ayla, una joven que llevaba cinco años viviendo con ella, le espera en una casa medio derruida. La presencia de Ayla le ayuda a Yusuf a canalizar, en parte, las emociones provocadas por la muerte de su madre y a enfrentarse a la culpabilidad que le invade tras el entierro. El día que debe regresar a Estambul, Ayla le pide a Yusuf que realice el sacrificio que su madre no pudo llevar a cabo antes de morir.
Página web: http://leche-huevo.blogspot.com/
PASES: 18:30-20:30-22:30
Melegin Dususu (La caída del ángel) (2004)
Crítica
También le permite conocer a Ayla, una guapa joven de ojos azules que vive en la casa de su madre con la que establece una extraña relación de dependencia. El final de 'Huevo' es un final de placidez, esperanzador, de vida con sentido. Por eso era imposible hacer una continuación. La única posibilidad de seguir al lado de Yusuf era ver como había llegado hasta allí. Las tres películas, 'Huevo', 'Leche', 'Miel' parecen indicar el deseo del director de hacer una pastel poético (en el buen sentido del término) en el que los animales juegan un papel importante.
PASES: 18:30-20:30-22:30
BIOGRAFÍA DE SEMIH KAPLANOGLU
Nació en 1963 en Izmir, Turquía. Se licenció en Cine y Televisión en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Dokuz Eylül, de Izmir, en 1984.
Trabajó de segundo operador en premiados documentales de Süha Arin. Fue el guionista de la serie de 52 episodios “Sehnaz Tango”, emitida por Show TV e Inter Star TV.
Además de su trabajo como realizador, escribió numerosos artículos sobre artes plásticas y cine contemporáneo que fueron traducidos y publicados en revistas y periódicos entre los años 1987 y 2003.
- Estreno mundial en el Festival de Cannes 2007, Quincena de Realizadores
- Festival del Mundo de Bangkok 2007, Mejor Director
- Festival Internacional de Valdivia 2007, Mejor Director
- Festival de Sevilla 2007, Premio Eurimages
- Festival Internacional de Estambul 2008, Mejor Película
- Festival Internacional Turco-alemán de Nüremberg 2008, Mejor Película
- Festival de Rávena Mosaico de Europa 2008, Mejor Película
- Festival Internacional de Seúl 2008, Mejor Película
Melegin Dususu (La caída del ángel) (2004)
- Estreno mundial en el Festival de Berlín 2005, Fórum
- Festival de los 3 Continentes de Nantes 2005, Mejor Película
- Festival de Cine Independiente de Barcelona 2005, Mejor Película
- Festival de Cine de Kerala 2006, Mejor Película
Herkes kendi evinde (Lejos de casa) (2000)
Festival Internacional de Singapur 2001, Mejor Película
Crítica
Por Nuria Vidal
Más vale tarde que nunca. Alguien ha pensado que el estreno de 'Miel' podía ser un buen momento para programar las dos anteriores entregas de la Trilogía de Yusuf del director turco Semih Kaplanoglu.
Quien quiera puede aprovechar la ocasión para ver las películas en su orden de producción: 'Huevo', 'Leche', 'Miel'; o en su orden cronológico; 'Miel', 'Leche', 'Huevo'. Se haga como se haga, 'Huevo' sale ganando. ¿Por qué? Porque es la mas espontánea, la mas ingenua, la mas sentida. Yusuf es un poeta urbano y solitario al que la muerte de su madre le hace volver a Tire, la pequeña ciudad donde vivió de adolescente.
También le permite conocer a Ayla, una guapa joven de ojos azules que vive en la casa de su madre con la que establece una extraña relación de dependencia. El final de 'Huevo' es un final de placidez, esperanzador, de vida con sentido. Por eso era imposible hacer una continuación. La única posibilidad de seguir al lado de Yusuf era ver como había llegado hasta allí. Las tres películas, 'Huevo', 'Leche', 'Miel' parecen indicar el deseo del director de hacer una pastel poético (en el buen sentido del término) en el que los animales juegan un papel importante.
Aquí, curiosamente, no son las gallinas las que conducen la historia, sino un cordero de sacrificio, símbolo de la vuelta de Yusuf a la tierra de sus ancestros.
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30 y 31 de marzo
Pan negro
Pa negre
Nacionalidad: España
Año de producción: 2010
Director: Agustí Villaronga
Guión: Agustí Villaronga, basado en la novela de Emili Teixidor
Fotografía: Antonio Riestra
Música: José Manuel Pagán
Montaje: Raúl Román
Duración: 108'
Distribuidora: Emon
Distribuidora: Emon
Intérpretes: Francesc Colomer, Marina Comas, Nora Navas, Roger Casamajor, Lluïsa Castell, Mercè Arànega, Marina Gatell
Género: Drama
Sinopsis:
En los duros años de la posguerra rural en Cataluña, Andreu, un niño que pertenece al bando de los perdedores, encuentra en el bosque los cadáveres de un hombre y su hijo. Las autoridades quieren cargarle las muertes a su padre, y él, para ayudarle, intenta averiguar quiénes son los auténticos responsables. En este recorrido, Andreu desarrolla una conciencia moral frente a un mundo de adultos alimentado por las mentiras. Para sobrevivir, traiciona sus propias raíces y acaba descubriendo el monstruo que habita en él.
Página web: www.pannegro.com
PASES: 18:15-20:30-22:45
9 Premios Goya:
Película
Dirección: Agustí Villaronga
Actriz: Nora Navas
Actriz de reparto: Laia Marull
Actriz revelación: Marina Comas
Actor revelación: Francesc Colomer
Guión adaptado: Agustí Villaronga
Fotografía: Antonio Riestra
Dirección artística
MEMORIA DEL DIRECTOR
El eje central sobre el que se articula la película Pan Negro es el de la devastación moral que produce la guerra sobre la población civil. A pesar de que entre sus personajes cohabitan los que ganaron y los que perdieron la guerra, no es una película que planee sobre los conflictos entre vencedores y vencidos, sino que se centra directamente en las emociones y los sentimientos de sus personajes. A través de ellos descubrimos las terribles consecuencias de la guerra, lejos de los campos de batalla, como si ilumináramos una fotografía antigua y en una esquina apareciesen desdibujados unos personajes grises y descubriésemos su vida íntima, llena de contradicciones y miserias cotidianas, alejándonos de la tentación de mitificarlos como a héroes y, sobre todo, de juzgarlos.
La estructura dramática que vertebra el relato se alimenta de la obra literaria de Emili Teixidor, no sólo de la novela Pan Negro, sino de gran parte de sus narraciones, ancladas en la posguerra de su Plana de Vic natal, y entre las que destacan los cuentos de Sic transit Gloria Swanson y otra magnífica novela: Retrat d’un assassí d’ocells.
El hecho de ampliar la fuente de inspiración literaria, cuando ya en sí misma Pan Negro es una novela bastante larga, se debe a la voluntad de que la película resultante tenga una línea de acción más contundente que la de la novela, donde (sin poner en duda su calidad literaria) los pasajes costumbristas y contemplativos ocupan gran parte de sus cerca de 400 páginas. Lo que se pretende con esto es que el resultado fílmico sea absorbente, ágil, misterioso, lleno de emociones y atractivo para el espectador.
Como se trata de una película de emociones, huye del costumbrismo y de la crónica de una época adoptando una postura de género inscrita en el melodrama. La manera de filmarla ha sido en cierta forma clásica, desprovista de elementos conceptuales en el lenguaje fílmico que nos separen de lo que le sucede a los personajes. Todo ha ayudado a que la historia avance y que nos emocionemos a través de los ojos del niño que nos la narra. Siempre en primera persona y sin recurrir a flashbacks, a pesar del peso que tienen los hechos y los personajes del pasado.
Otros dos sistemas narrativos enriquecen el melodrama: el thriller y el fantástico. El thriller por cuanto tiene de ocultación y descubrimiento gradual de los enigmas. El fantástico porque comporta una mirada infantil que se detiene sobre lugares y personajes llenos de misterio. Aunque nunca llegan al extremo de la fantasía, limitándose a dar una dimensión mágica y poética, real y verosímil, que repercute en la fotografía, la banda sonora y en las constantes referencias al mundo de los pájaros, símbolo de los ideales de sus personajes.
En cuanto al entorno en el que se inscribe la historia, está algo desdibujado de referencias visuales del momento político, por su obviedad. Es una opción en la que el telón de fondo se mantiene impreciso para reforzar la idea abstracta de opresión sobre sus personajes.
Un punto y aparte merece el trabajo de los actores. En ellos recae gran parte del trabajo de esta película. Buenos actores adultos y unos niños maravillosos, especialmente en el caso de Andreu, ya que de su mano seguimos paso a paso su evolución hasta la pérdida de la inocencia.
Agustí Villaronga.
Crítica
Por Nuria Vidal
Las cuatro estrellas que le pongo a esta película responden sobre todo a la solvencia con que está realizada. Más que la historia, más que los actores, más que cualquier otra cosa, lo que hace que esta película sea destacable es la seguridad con que Agustí Villaronga dirige el conjunto y se atreve con secuencias arriesgadas desde todos los puntos de vista, como la del caballo que prácticamente abre el film.
Pan negro podía ser una película más de la Guerra Civil, o de la posguerra, que viene a ser lo mismo. Si no lo es es porque Villaronga le impone un ritmo y un tono absolutamente clásico y a la vez moderno a esta historia de traiciones y villanos, de niños malos y adultos más malos aún. Claro que estos ya estaban en la novela de Emili Teixidor, pero el rencor que transmite Laia Marull, la villanía de Sergi López, la cobardía de Roger Casamajor, son efectivos gracias al control que ejerce Villaronga sobre ellos. Perfectamente ambientada en unos escenarios y paisajes muy bien escogidos, esta película significa la confirmación como director de Villaronga, después de unos años en que su talento había quedado un poco apagado. Pan negro es la prueba de que todo el trabajo preparatorio para la nunca realizada adaptación de la novela de Mercè Rodoreda La muerte y la primavera ha dado sus frutos.
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6 y 7 de abril
Winter's Bone
Winter's Bone
Nacionalidad: USA
Año de producción: 2010
Directora: Debra Granik
Guión: Debra Granik y Anne Rosellini, basado en la novela de Daniel Woodrell
Fotografía: Michael McDonough
Música: Dickon Hinchliffe
Montaje: Affonso Gonçalves
Duración: 100'
Distribuidora: Golem
Intérpretes: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Kevin Breznahan, Dale Dickey, Garret Dillahunt, Sheryl Lee, Tate Taylor
Género: Drama
Sinopsis:
Ree Dolly, de 17 años, decide buscar a su padre después de que éste ofrezca la casa familiar como garantía para la fianza que le permitirá salir de la cárcel y desaparecer sin dejar rastro. Antes de perder su hogar y encontrarse sin techo en medio de los bosques de las montañas Ozark, Ree prefiere enfrentarse a la ley del silencio de sus parientes con tal de salvar a su familia. Poco a poco, consigue abrirse paso a través de las mentiras, evasivas y amenazas de sus allegados, hasta llegar a la verdad.
Página web: www.golem.es/wintersbone
Pases: 18:30-20:30-22:30
Ganadora del Premio del Jurado y del Premio al Mejor Guión en el Festival de Sundance 2010.
Nominada a los Globos de Oro 2011 en la categoría de Mejor actriz.
4 nominaciones Oscar´s 2011: Mejor película, Mejor actriz, Mejor actor secundario, Mejor guión
Por Jordi Costa
En muy raras ocasiones tiene el espectador la oportunidad de encontrarse con una película que, sin aspavientos y solo con un firme compromiso con el relato que quiere contar, rompe con la tradición de dos géneros: en este caso, el policiaco, en su doble vertiente de narco-thriller y cine de mafias, y el western. Segundo largometraje de Debra Granik –cuya primera película, 'Down to the Bone', lidiaba con las derivas de la drogodependencia funcional de clase media–, 'Winter’s Bone' adapta una novela del maestro del country noir Daniel Woodrell–el autor de 'Cabalga con el Diablo', de Ang Lee–, y cuenta la historia de una búsqueda en el hostil territorio de las comunidades de cocineros de crack en las montañas Ozark, en Missouri.
Con ecos del 'Valor de ley' de Charles Portis (novela que rompió con la mirada masculina del western), 'Winter’s Bone' articula un microcosmos inédito y acaba formulando un discurso matizado y complejo sobre la feroz defensa de la identidad (familiar, genética), en el seno del asfixiante y opresivo trenzado de códigos y lealtades de una comunidad firmemente asentada en las últimas fronteras de la marginalidad. Granik sabe contar la odisea de su heroína Ree sin sucumbir al golpe bajo sentimental, pero sin renunciar a la poesía de gran calado.
En muy raras ocasiones tiene el espectador la oportunidad de encontrarse con una película que, sin aspavientos y solo con un firme compromiso con el relato que quiere contar, rompe con la tradición de dos géneros: en este caso, el policiaco, en su doble vertiente de narco-thriller y cine de mafias, y el western. Segundo largometraje de Debra Granik –cuya primera película, 'Down to the Bone', lidiaba con las derivas de la drogodependencia funcional de clase media–, 'Winter’s Bone' adapta una novela del maestro del country noir Daniel Woodrell–el autor de 'Cabalga con el Diablo', de Ang Lee–, y cuenta la historia de una búsqueda en el hostil territorio de las comunidades de cocineros de crack en las montañas Ozark, en Missouri.
Con ecos del 'Valor de ley' de Charles Portis (novela que rompió con la mirada masculina del western), 'Winter’s Bone' articula un microcosmos inédito y acaba formulando un discurso matizado y complejo sobre la feroz defensa de la identidad (familiar, genética), en el seno del asfixiante y opresivo trenzado de códigos y lealtades de una comunidad firmemente asentada en las últimas fronteras de la marginalidad. Granik sabe contar la odisea de su heroína Ree sin sucumbir al golpe bajo sentimental, pero sin renunciar a la poesía de gran calado.
Entrevista a Debra Granik
Directora y guionista
¿Qué la empujó a adaptar la novela Winter’s Bone y convertirla en una película?
Leí “Winter’s Bone” de un tirón. Hacía mucho que no me ocurría esto con un libro. Quería saber cómo conseguiría sobrevivir Ree. Me pareció una historia como las de antes, con una protagonista con la que simpatizaba y una atmósfera palpable. Me parecía muy novedosa, dado que no suelo tener la oportunidad de imaginar vidas como la de la joven Ree, cuyas circunstancias son muy diferentes de las mías.
¿Qué tipo de colaboración hubo con el autor, Daniel Woodrell, a la hora de hacer la película?
Anne Rosellini, la productora y coguionista, y yo visitamos a Daniel Woodrell en su casa del sur de Misuri y realizamos la primera búsqueda de localizaciones con él. Vimos arroyos, cuevas y casas de todo tipo. Fotografiamos patios, carreteras, caminos y bosques. Katie Woodrell, la esposa de Daniel, nos concertó citas con cantantes, cuentacuentos, folcloristas y numerosos especialistas en la cultura actual y del pasado de los Ozark. También tuvimos una larga y triste charla con el sheriff acerca del grave problema que representa el consumo de metanfetamina durante los últimos veinte años. Quedamos entusiasmadas con esta primera visita. También éramos conscientes de que necesitaríamos un guía, un vecino de la zona que nos pudiera introducir dentro de una comunidad a la que, con el tiempo, quizá pudiéramos persuadir para que trabajara con nosotras.
¿Cómo fue rodar con Jennifer Lawrence?
Jen se tomó el papel muy a pecho y trabajó muy duro para penetrar en el mundo de Ree. Pidió a sus familiares de Kentucky que le enseñaran a cazar, a cortar madera y otros conocimientos que le parecían necesarios. Su acento natural ya era muy similar al de Ree, y aunque el guión contenía expresiones realmente extrañas, Jen las conocía por haber oído cosas parecidas mientras crecía. Al llegar a Misuri antes del rodaje, entabló amistad con la familia de la casa donde íbamos a rodar. Se aprendió los nombres de los perros, aprendió a manejar unas cuantas máquinas y estableció un vínculo afectivo con sus hijos. En la película, tiene un hermano y una hermana menor. Jen sabe trabajar con niños y consigue que las escenas sean reales para ellos. Ensayó mucho con los niños para que estuvieran relajados.
¿Cómo ve al personaje de Ree?
Ree desea por encima de todo que su hermano y su hermana salgan adelante. Está dispuesta a luchar para impedir que su familia se separe. La veo un poco como una leona protegiendo a sus cachorros. También es una adolescente que se siente impotente cuando los adultos que la rodean toman decisiones fatales que les llevaran a la destrucción. No puede hacer mucho para sacar a su padre del mundo de la metanfetamina ni ayudar a su tío con su adicción y nihilismo, pero les quiere. Es algo muy duro para una persona tan joven. Al igual que muchos héroes o heroínas, Ree debe luchar. No es una adolescente al uso. Nunca la vemos pasárselo bien con su amiga Gail o tontear con chicos. Se concentra en lo que debe hacer antes de la fecha fatídica. En este contexto, Ree no acepta una negativa. Quizá no sabemos de dónde saca las fuerzas, pero estamos con ella.
¿Cómo consiguió conocer tan bien a los personajes y cómo creó la atmósfera natural y realista en la que se desenvuelve la historia?
Empezamos buscando a una familia que viviera en un lugar similar al descrito en la novela. Además, había que convencerles para que nos dejaran rodar en su casa, que permitieran que les viéramos comiendo, cazando, cuidando de los animales y resolviendo problemas diarios. Conseguimos encontrar una familia y a varios vecinos dispuestos a contestar a nuestras preguntas y enseñarnos su vida cotidiana.
Para que la ambientación fuera realista, rodamos toda la película en decorados naturales en la casa de la familia. El departamento de vestuario intercambió prendas nuevas por usadas con los vecinos de la zona. Llevan una vida frugal, y a menudo su ropa está manchada con hollín de las estufas de carbón, con polvo de los caminos. Teníamos que incluir esos detalles. Asimismo, al dar papeles a gente de allí, nos aseguramos de que corregían los acentos y expresiones equivocadas, cualquier fallo en general.
13 y 14 de abril
La llave de Sarah
Elle s'appelait Sarah
Nacionalidad: Francia
Año de producción: 2010
Director: Gilles Paquet-Brenner
Guión: Serge Joncour y Gilles Paquet-Brenner, basado en la novela homónima de Tatiana de Rosnay
Fotografía: Pascal Ridao
Música: Max Richter
Montaje: Hervé Schneid
Duración: 111'
Distribuidora: Emon
Intérpretes: Kristin Scott Thomas, Mélusine Mayance, Niels Arestrup, Frédéric Pierrot, Michel Duchaussoy, Gisèle Casadesus, Aidan Quinn
Género: Drama
Sinopsis:
París, julio de 1942: la policía francesa se lleva a Sarah, una niña de 10 años, y a toda su familia en una redada puerta a puerta en la que arrestan a multitud de familias judías en plena noche. Desesperada por proteger a su hermano pequeño, Sarah lo encierra en un armario del dormitorio, su pequeño escondite secreto, y le promete volver en cuanto les liberen.
Sesenta y siete años más tarde: la historia de Sarah se mezcla con la de Julia Jarmond, una periodista estadounidense que investiga la redada. Durante su investigación, Julia descubre un rastro de secretos que ligan la vida de Sarah a la suya, y la llenan de preguntar sobre su propio futuro sentimental.
Página web: www.lallavedesarah.es
Pases: 18:15-20:30-22:45
INTRODUCCIÓN:
LA LLAVE DE SARAH se basa en la exitosa novela homónima de Tatiana de Rosnay y nos narra la historia de una periodista estadounidense a punto de tomar importantes decisiones que afectarán su vida, su matrimonio y el futuro de su hijo aún por nacer. Lo que empieza como un simple trabajo de investigación para un artículo sobre la Redada del velódromo de invierno de 1942 en Francia, se acaba convirtiendo en un viaje de autodescubrimiento cuando da con un terrible secreto y descubre la descorazonadora historia de una familia de judíos obligados a huir de su hogar, un hogar que resulta se también el de ella. A medida que empieza a ver, vivir y experimentarlo todo a través de Sarah, la hija mayor, su mundo se desmorona. ¿Se pueden olvidar los fantasmas del pasado?
Entrevista con el director Gilles Paquet-Brenner
- ¿Qué le impulsó a adaptar la novela de Tatiana de Rosnay, La llave de Sarah para la gran pantalla?
La idea se me ocurrió unos tres meses antes del estreno de UV, que me tenía muy preocupado. Quería volver a los temas más serios y fue entonces cuando me encontré con la novela de Tatiana de Rosnay. El argumento me cautivó por completo, la historia sobre la redada de judíos en un París ocupado por los nazis y los campos de concentración en Francia, todo visto desde un ángulo muy contemporáneo. Y tras descubrir un inquietante secreto familiar, una periodista estadounidense afincada en Francia empieza a ver la historia de su país de adopción desde otro punto de vista, hasta el punto de que un suceso que en un principio no tenía nada que ver con ella acaba transformando su vida por completo. La historia también explora áreas difusas que muy pocas películas tratan, como la actitud de la gente corriente ante una redada, sin encasillar a nadie en los papeles de colaboradores o miembros de la resistencia. La gran mayoría guardó silencio, miró hacia otro lado e intentó salvarse a sí mismo, como los Tezac, que no hicieron nada mal y no tienen ningún sentimiento de culpa. O los Dufaure, que se convierten en héroes muy a pesar suyo. No se hace un planteamiento del bien contra el mal, están los hechos y están las consecuencias para las generaciones futuras, pero estamos a años luz de los atajos y simplificaciones más comunes. Además también tiene reminiscencias a mi propia historia familiar.
- ¿En qué sentido?
Soy de origen judío y los hombres de mi familia sufrieron esta época. Unos franceses delataron a mi abuelo, un músico judío alemán afincado en Francia, y murió poco después de llegar al campo de concentración. En la película le rindo un pequeño homenaje a través del violinista que tiene el anillo con veneno para poder decidir por sí mismo cuándo quiere morir. Mi madre no me contó su historia hasta que ya estábamos en la fase de preproducción de la película, y esto me hizo recordar algunas cosas. Naturalmente yo no estaba cuando deportaron a mi abuelo, pero sí vi cómo afectó a mi abuela y a mi madre y sus hermanas. El libro me devolvió estos recuerdos, los de los vivos que deben aprender a vivir con los que han muerto.
- ¿Fue difícil convencer a Tatiana de Rosnay para que cediera los derechos para la película?
Quise hacer la película incluso antes de acabar la novela. Al preguntar, me enteré de que Tatiana y Serge Joncour, coguionista de UV, se conocían y eran amigos. Serge le comentó que yo quería adaptar su novela para el cine y nos pusimos en contacto con la editorial. Fuimos los primeros en solicitar los derechos, porque afortunadamente leí la novela muy poco después de que se publicara. Tras el éxito que tuvo no pararon de llegarles peticiones de derechos, sobre todo desde Estados Unidos, pero para ella su palabra es vinculante y conservó su fe en nuestro proyecto.
- En la adaptación que escribió junto a Serge Joncour, ¿hizo algún cambio esencial en la historia?
No, nos mantuvimos muy fieles, excepto en un aspecto esencial. En el libro, el hermano pequeño de Sarah se esconde en el armario por sí mismo cuando llega la policía para arrestarles. En la película es Sarah quien le dice que se esconda, lo que acaba alterando su personalidad y sentido de culpabilidad. El otro gran cambio fue solucionar un aspecto que sabíamos que molestaba a muchos lectores, yo incluido, y que es el hecho de que el libro abandona a Sarah después de que reencontremos a su hermano. Para la película, Serge y yo desarrollamos el personaje de Sarah como adulta. No fue muy difícil de adaptar, porque el libro estaba perfectamente estructurado. Los únicos problemas que tuvimos fueron a la hora de cambiar de una época a otra, de 1942 al presente, sin que la película superara los 120 minutos. ¡El primer borrador de Serge tenía más de 250 páginas! Pero en cuanto tuvimos el borrador definitivo y lo pasamos para leer, las reacciones fueron muy positivas.
- Y aún así fue difícil encontrar fondos...
Por supuesto, debido a mi errática carrera cinematográfica. Para serte sincero, creo que muchos se sintieron traicionados después de Les jolies choses. Hice Gomez vs Tavarès para divertirme, y fue un gran éxito, pero nubló un poco la opinión que la gente tenía de mí. El estreno de UV me puso de pies en el suelo de golpe. Es muy raro hacer una película de que la quedas muy satisfecho y ver que el resto del mundo la odia. Pero ya pasó. A mucha gente le encantó el guión de La llave de Sarah, aunque no les encantó el que yo la dirigiera. Mi productor Stéphane Marsil, demostró ser tenaz y fiel a mí, una cualidad poco frecuente en éste negocio, ya que su propia credibilidad quedaba en entredicho. Pero tanto Stéphane como lo que la gente recordaba Les jolies choses fue lo que salvó la película. Frédérique Dumas de Studio 37 también nos apoyó, porque le gustó mi primera película. Y esto fue definitivo, pero no nos salvó de tener que aguantar algunos momentos muy humillantes, y no exagero cuando digo que mucha gente intentó ponernos trabas durante el rodaje. Pero Stéphane no se rindió. Muchas veces durante el desarrollo de la película pensamos que se había acabado. Y muchas veces la situación se solucionó del modo más inesperado.
- Con La llave de Sarah usted se convirtió en el primer director en rodar una película en el museo-monumento al Holocausto de París.
Exacto, el monumento no había aparecido en ninguna otra película. La escena en la que el personaje de Kristin va al museo era muy arriesgada, porque habríamos podido acabar con una escena muy política. El hombre que conoce allí resume su misión como «alejarse de las cifras y las estadísticas y dar un rostro y una realidad a todas estas vidas.» Estas palabras definen mi objetivo real para la película. Hasta hoy, las películas sobre el holocausto habían buscado explicar la Historia, en mayúscula, un objetivo muy lógico y necesario. Pero yo no me sentía cómodo, porque ya se había hecho demasiadas veces y para mí, nada puede superar a La lista de Schindler. Y me pregunté qué podía hacer yo para aportar mi granito de arena, y lo que se me ocurrió fue intentar que la gente experimentara la tragedia dejando de lado las palabras especializadas y buscando la historia más humana, para que el público entrara en contacto con los sucesos, independientemente de su opinión u origen. El personaje de Kristin es estadounidense y no judío, por lo que la historia de Sarah y la del holocausto no son sus historias, pero la tocan indirectamente. Le puede pasar a cualquiera.
- En vista de esto, ¿qué expectativas tiene para la película?
La llave de Sarah es una obra de ficción, pero la novela sobre la que se basa está muy bien documentada en referencia a los hechos históricos que describe, hasta los detalles más pequeños. Al rodar la historia de Sarah, Julia, William y el resto he hecho una película con la que todos podemos identificarnos, una película que nos acerca la historia sin una voluntad paternalista o moralizadora.Crítica
Kristin Scott Thomas se lanza de cabeza a la búsqueda de la verdad en una nueva propuesta que remueve los inolvidables fantasmas del nazismo. Una estimable película que no evita su carácter abiertamente comercial.París, 1942. Decenas de miles de judíos franceses son deportados y recluidos en campos de concentración alemanes. Entre ellos, la pequeña Sarah (Mélusine Mayance) y su familia. París, 2009. Mientras prepara un reportaje, Julia (Kristin Scott Thomas) encuentra una serie de evidencias que liga su presente a la tragedia vivida por aquella niña casi ochenta años atrás. Gilles Paquet-Brenner dirige “La llave de Sarah” a partir de la novela homónima súper ventas de Tatiana de Rosnay, robusteciendo nuevamente el exorcismo al que el cine somete con mecánica regularidad a los fantasmas inolvidables del nazismo. Una temática que sigue sobrecogiendo a crítica y público, por otra parte.
La obsesión de una mujer madura que ha de replantearse su realidad en base a imprevistos incontrolables ─la naturaleza llama a la puerta en los momentos más insospechados─ convierte la película en un desasosegante viaje a los secretos ocultos de quien cree conocer mejor, su propia familia; el sobrio tono de thriller dramático que el director imprime a su meditada narración contribuye a solapar el carácter abiertamente comercial de la propuesta, vívidamente presentada desde una fotografía ocre y un tanto crepuscular ─el tono formal invita a ello, desde luego─ y estructurada en una bien hilada sucesión de flashbacks que nos llevará a conocer mejor las causas y circunstancias del horror sufrido por Sarah, interpretada con solvencia y energía por una Mélusine Mayance a la que ya pudimos descubrir hace no demasiado en el “Ricky” de François Ozon.
Más allá de la jovencísima actriz, la siempre grande Kristin Scott Thomas carga sobre los hombros de su personaje un aluvión de matices plasmados en su eternamente bello y perfilado rostro impenetrable, elegante y conciso, mimetizando el impulso de una persona capaz de lanzarse a una aventura de (auto)descubrimiento en la que no se tienen en cuenta ─se aparcan, cuando menos─ las consecuencias para quienes se crucen en su camino a ambos lados del charco. Y al final de ese tránsito geográfico y existencial, las respuestas compartidas a un enigma de impreciso resultado y satisfacción, porque si algo hay seguro en la vida es, precisamente, esa postrera sensación de inseguridad. Nunca se sabe qué terrores y esperanzas esconden los armarios que ceden ante llaves ocultas tiempo atrás.
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